Ruta histórico cultural del pueblo huichol

Tradiciones mesoamericanas que aún distan de ser folclor y que, por el contrario, son verdaderos legados etnoculturales, se encuentran, junto con su contexto natural, seriamente amenazadas. La crisis ambiental y social que marca el inicio de este milenio hace converger al Pueblo Huichol y a la comunidad conservacionista, para enfrentar el reto común de salvaguardar un patrimonio que trasciende el tiempo y las fronteras.

Texto por Humberto Fernández Borja y Joaquín Giménez de Azcárate

Las rutas contemporáneas conducen hacia los sitios sagrados naturales que se encuentran en todas las direcciones: las montañas del norte en tierras tepehuanas dentro de la misma Sierra Madre Occidental; rumbo al oeste, hacia los humedales y la costa nayarita; hacia el sur, donde se localizan los lagos del centro oeste de Jalisco. Incluso aún hay ancianos que recuerdan una ruta al Valle de México.

Sin embargo, la ruta al este, rumbo a Huiricuta, sobresale por su jerarquía en los ciclos rituales, la frecuencia con que se utiliza y el número de usuarios. Su longitud es aproximadamente, de 400 km y corre, desde el territorio huichol, en sentido este noreste. Así atraviesa el “tenedor” donde se imbrican los estados de Jalisco y Zacatecas, para luego cruzar transversalmente este último, pasando por su capital. Ya en el estado de San Luis Potosí, la ruta se dirige hacia la Sierra de Picachos del Tunalillo, para desembocar en Huiricuta y por último a la Sierra de Catorce.

Corredor biocultural del pueblo huichol y amenazas (clic para ver más grande)

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Cuando hablamos de la Ruta a Huiricuta, nos referimos en realidad a una “trenza” de veredas, terracerías, caminos e incluso carreteras, que se van sucediendo según diversos factores. Cabe destacar la presencia de vestigios viales del periodo novohispano, que constituyen caminos reales y vías pecuarias, conocidas estas últimas como callejones y que se corresponden por su jerarquía en cuanto al tamaño, con cordeles y veredas.

Aunque los miembros de los centros ceremoniales tienen la obligación de hacer las peregrinaciones después de las cosechas, durante el invierno, los itinerarios también son recorridos por grupos familiares o individuos en cualquier temporada.

A lo largo de la Ruta, habitan deidades y espíritus de ancestros, espíritus de ciertas especies (como el lobo o el venado) o bien de procesos y fenómenos naturales como la formación de las nubes, de la lluvia y del viento o la fertilidad de la tierra. Los huicholes identifican también a algunos de estos elementos como “hermanos mayores” o “maestros”, los tamátsite, quienes confieren a los peregrinos sabiduría y guía espiritual, o penalidades y castigos.

Las deidades y espíritus tienen su morada, justamente, en los sitios sagrados, donde según los huicholes “expresan sus voces”. Los sitios sagrados ocurren en islotes, ríos, lagunas, manantiales, bosques, cerros, cuevas o rocas. En ciertos lugares se presentan concentraciones de sitios sagrados, formando paisajes también sagrados como lo son Huiricuta, Xurahue Muyeca (Sierra de Cardos en Zacatecas) y la propia Sierra de los Huicholes. En el transcurso de la Ruta existen otros hitos tangibles del paisaje de menor jerarquía ceremonial, que no son necesariamente “sagrados”. Los cahuixi son también formaciones naturales; son la huella de los cacauyárite, semidioses que se petrificaron y modelaron el paisaje cuando fallaron las pruebas de la creación en el tiempo primordial.

En cuanto a los factores que determinan las variaciones del itinerario, el más obvio es el punto de partida y regreso, es decir, el centro ceremonial y la comunidad de que se trate. La presencia de santuarios de rango elevado suele condicionar la cronología y el diseño de las etapas. Otro condicionante se relaciona con las obligaciones o preferencias que el urucuácame o guía del grupo de peregrinos tiene pendientes en diferentes santuarios. Asimismo, son condicionantes del itinerario la disponibilidad de bastimento, el interés de los jicareros por evitar contactos no deseados o la viabilidad de los senderos. Respecto de este último, es de llamar la atención la proliferación de alambrados colocados durante las últimas décadas, que interrumpen estos caminos. Por otro lado, hemos comprobado cómo la falta de uso de algunos senderos ha propiciado que se cubran de vegetación. Todo ello propicia que los peregrinos puedan perder el buen camino, lo que alienta su rechazo a andar ciertos tramos debido a lo trabajoso que resulta; en consecuencia, dejan de visitar sus lugares sagrados y de realizar sus rituales, provocando finalmente la decadencia del legado cultural. Por lo anterior, urge tomar medidas orientadas a la remoción de obstáculos, la señalización de los tramos más complejos y la limpieza de senderos, en coordinación con los habitantes mestizos donde se ejecuten estos trabajos, y atendiendo a los criterios de sensibilidad ambiental y estética.

La Ruta tiene varios propósitos. El más popular en el plano internacional es el aprovisionamiento del peyote, esencialmente de uso ritual, si bien puede intercambiarse en el camino de regreso con rancheros que lo utilizan para fines medicinales, o, en la sierra, con los vecinos coras, mexicaneros o tepehuanos. Más allá de la fama del cactus y la razón utilitaria de recorrer 800 km, el propósito fundamental, tal como lo afirman los ancianos, es seguir los pasos de los antepasados para pedir lluvia y bienestar. Otro de los propósitos críticos de las peregrinaciones es la experiencia educativa y formativa, su función como universidad itinerante, donde los neófitos aprenden lo relacionado con la ruta, la tradición y “el costumbre”. Los santuarios y los cahuite poseen significados espirituales, biogeográficos, sociales o históricos. Cada uno de estos nodos contiene un legajo o registro del legado tribal que se rememora al caminar la Ruta, si se cuenta con la guía adecuada. Así, el itinerario se convierte en la lectura de un códice extendido en el paisaje.

En los últimos cinco siglos, el peregrinaje también ha tenido la función de contacto e intercambio con la cultura mestiza, en buena parte responsable de la transformación de los recursos naturales y del paisaje cultural del entorno huichol. Algunas se han producido de manera armónica, dando lugar a sistemas mestizos silvo-pastorales caracterizados por su compatibilidad ecológica y por su sostenibilidad a medio y largo plazo. Ejemplo de ello es la entresaca efectuada en algunos bosques de encino de las sierras zacatecanas, principalmente, con el fin de obtener pastizales y donde se intercalan individuos arbóreos del bosque original. Este ecosistema típicamente ibérico, la dehesa, comenzó a conformarse a partir de la introducción del ganado en la época colonial y posterior. Las vías pecuarias que lo atraviesan y que en ocasiones constituyen asimismo caminos reales y rutas prehispánicas de intercambio, realzan esta peculiar y única simbiosis ecológica, social y cultural.

El tiempo ritual indígena, que busca una identificación profunda de las personas con los fenómenos naturales, ha logrado sobrevivir en un medio utilitario, de cambio acelerado y degradación. Con el fin de asegurar su continuidad, parece obligado alentar y reclamar un trato especial en todo lo concerniente a la salvaguarda del ámbito por donde discurren estos itinerarios culturales. Urge la aplicación de medidas consensuadas entre las sociedades huichola y mestiza afectadas, los tres órdenes de gobierno y la comunidad conservacionista, para dar solución a los problemas detectados durante los años de trabajo de campo empleados en la diagnosis aquí esbozada.

CC BY-NC-SA 4.0 Ruta histórico cultural del pueblo huichol por CartoCrítica - Investigación, mapas y datos para la sociedad civil está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

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5 comments

  • Hilario Ramirez Ramirez

    yo soy de la sierra de real de catorce, soy mestizo, pero tengo familiares que tienen todos los rasgos de nuestros antepasados huicholes, orgullosamente me siento huichol, y me sumo a la conservacion de todos y cada uno de los legados de nuestra sangre y nuestras razas. a defender la tierra y la cultura

  • Muy bueno artículo, sigue con tu labor! Felicidades

  • Yo soy parte de la sona norte de jalis,sierra madre occidental orgullosamente wixarika, pues esa historia lo que a cabo de leer es cierto es un lugar tan importante,no sabemos desde cuando se inicio de la cultura wixarika porque nuestri abuelos tatarabuelos pasaron en todo estos y asta en el momento porveso esa cultura que llevamos nunca se perdera seguiremos y conservamos nuestra ceremonia.

  • Me gustaría saber en que fecha se hace la ruta wiricuta porque dice que despues de la cosecha en invierno y si cualquier persona la puede hacer, saludos.

  • Quisiera localizar al señor Humberto Fernández soy Rosa Celorio si me busca en feis o me manda su correo a rosacelorio@gmail.com

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